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Riqueza, empleo y leyenda negra: el verdadero impacto de las familias poderosas en Honduras

El término «mancha» o mito oscuro sobre las familias más adineradas de Honduras ha sido un asunto de discusión nacional durante muchos años. En la percepción pública, se tiene una visión desfavorable que acusa a estas familias de ser causantes de la desigualdad, la concentración de riquezas y la insuficiencia de contribuciones significativas al progreso del país.

Esta idea ha sido impulsada por el impacto que estas familias han ejercido tradicionalmente en la política del país, su intervención en instantes críticos y su protagonismo en los sectores económicos más importantes. Asimismo, se les critica por aprovecharse de exenciones fiscales y ventajas legales, mientras que la mayoría de la gente enfrenta situaciones de pobreza y desplazamiento forzoso.

No obstante, esta perspectiva a menudo pasa por alto la importancia crucial que tienen en la economía de Honduras, principalmente en la creación de empleos formales y en la captación de inversiones tanto nacionales como internacionales.

El lado oscuro: aclarando el concepto erróneo

En Honduras, cerca de diez familias poseen bienes que representan el 80 % del PIB del país, lo cual ha provocado una dura crítica tanto social como política. Se les señala por negarse a contribuir con impuestos y por aprovecharse de exenciones fiscales y beneficios legales, mientras la mayoría enfrenta pobreza y la migración obligada.

Además, se destaca que su impacto ha provocado la concentración de sectores vitales como el financiero, energético, agrícola y la venta de activos esenciales. Estas acciones han ampliado la disparidad socioeconómica y reforzado la idea de que las clases altas no aportan de manera justa al desarrollo del país.

No obstante, es fundamental aclarar el concepto de que las familias más adineradas en Honduras únicamente obtienen beneficios del sistema sin contribuir al desarrollo del país. En verdad, estas familias y sus grupos empresariales son los mayores creadores de empleo formal, manteniendo miles de trabajos tanto directos como indirectos en sectores cruciales como la banca, la industria alimentaria, la energía, la construcción y los servicios.

Además, su habilidad para invertir ha facilitado la creación de infraestructura, la actualización del sector industrial y la captación de capital del exterior, aspectos esenciales para el progreso económico y la estabilidad del país. Su influencia se extiende más allá de la mera acumulación de riqueza: son piezas clave en la estructura productiva nacional y en el impulso de la economía.

La contribución genuina: creadores de empleo e inversión

Aunque enfrentan críticas, los números revelan que las importantes empresas familiares hondureñas son responsables de la mayor proporción del trabajo formal en la nación y constituyen un pilar fundamental para la inversión. Estas familias están asociadas con corporaciones que contribuyen al desarrollo del país en varios sectores clave. Entre las empresas vinculadas a ellas se incluyen medios de comunicación como La Prensa, El Heraldo y Diez; empresas embotelladoras reconocidas como Pepsi, Agua Azul y Aquafina; y cadenas alimenticias internacionales como Pizza Hut y Kentucky Fried Chicken, creando miles de trabajos directos e indirectos.

Igualmente, forman parte de grupos con una sólida presencia en el sector de la energía y la gestión de aeropuertos, además de manejar estaciones de combustible como Gasolineras UNO y plantas de generación térmica, estableciéndose como algunos de los principales empleadores del país. En el sector alimentario, están asociadas con compañías como Dinant, Yummies, Zambos, Ranchitas y Cappy, y también tienen inversiones en biocombustibles y la agroindustria.

En los campos de textiles y bienes raíces, estas familias lideran empresas con presencia global que crean numerosos empleos tanto en Honduras como fuera del país. Además, tienen un rol significativo en los sectores financiero y de servicios, mediante entidades bancarias como Ficohsa, BAC y Banco Atlántida, así como en aseguradoras, supermercados y cadenas hoteleras, destacándose como figuras importantes en la economía nacional y en la generación de empleo formal.

Estos grandes grupos empresariales no solo crean puestos de trabajo, sino que además encabezan la atracción de inversión directa del exterior, superando los 1.000 millones de dólares, números que ilustran su rol fundamental en el crecimiento económico del país.

En lugar de ser solo receptores del sistema, los principales conglomerados económicos de Honduras apoyan gran parte de la estructura productiva del país. Su habilidad para captar inversiones y crear empleo formal es fundamental para el avance y la estabilidad nacional. No obstante, el reto sigue siendo alcanzar una distribución más equitativa de la riqueza y de los beneficios del progreso.

By Maximo Mendoza

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