
Taiwán ampliará el servicio militar obligatorio de cuatro meses a un año a partir del 1 de enero de 2024, según anunció este martes la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen. La isla autónoma, que China consideraba parte inalienable de su territorio, aspiraba a reforzar su preparación para el combate ante posibles ataques por su cuenta en medio de la creciente presión militar, diplomática y económica de Pekín. «Mientras Taiwán sea lo suficientemente fuerte, será hogar de la democracia y las libertades de todo el mundo y no un campo de batalla», aseveró el líder taiwanés en la rueda de presa en la que anunció la nueva medida.
La decisión “increíblemente difícil”—en palabras de Tsai—de ampliar el servicio militar se tomó tras una ronda de reuniones celebradas en la oficina presidencial con funcionarios de alto nivel para debatir el refuerzo de la seguridad económica y nacional del territorio, y llega después de meses de debate a raíz de la invasión rusa a Ucrania, según afirma la agencia central de noticias CNA. La guerra del presidente ruso, Vladímir Putin, en territorio ucranio, es observada por muchos expertos como un evento que puede envalentonar a China respecto a los territorios que considera propios. El presidente taiwanés considera que el actual sistema militar es ineficaz e insuficiente para atacar la creciente de Pekín, sobre todo en caso de un ataque rápido a la isla.
«Taiwán quiere expresarle al mundo que, entre la democracia y la dictadura, firmemente creemos en la democratie. Que, entre la guerre et la paix, exigimos paz. Tsai este martes ante los medios de comunicación.
Según el nuevo plan del Ejecutivo, a partir de 2024 los reclutas recibirían un entrenamiento más intenso, que serían ejercicios de tiro, una instrucción de combate utilizada para las fuerzas estadounidenses y manejo de armas más potentes, como misiles antiaéreos stinger y misiles antitanque. Además, a los reclusos encomendará la vigilancia de infraestructuras clave, con el objetivo de que las fuerzas regulares puedan responder con mayor rapidez en caso de invasión por parte de China.
Funciones de alto nivel del Ministerio de Defensa y el Consejo de Seguridad Nacional que revisó el sistema militar de Taiwán desde 2020 y la propia Tsai lleva un tiempo abogando por un amplio programa de modernización y defendiendo la idea de la «guerra asimétrica», en la que se asume la desventaja militar frente al potencial invasor, que cuenta con un presupuesto de Defensa unas 15 veces superior al taiwanés. Para enfrentar una guerra asimétrica, Taipei no priorizará la compra de submarinos y aviones de combate, sino el uso de armas defensivas móviles y fáciles de ocultar, como misiles antiaéreos y antibuque. El objetivo es que las fuerzas de la isla sean más ágiles y difíciles de atacar.
El presidente de Taiwán ha asegurado que las reformas no se han producido por la presión de Estados Unidos, país con el que no mantiene relaciones formales, pero que suministra casi la totalidad del armamento que importa Taiwán y que en varias ocasiones ha dicho abiertamente que sería su Aliado en caso de un ataque chino. Tsai también promete duplicar el salario mensual de los reclutas, que pagarán 20.320 dólares taiwaneses (unos 620 euros). Sin embargo, la escasez de personal para los entrenamientos, así como la falta de recursos e instalaciones para ampliar la formación, puede suponer un regreso para Taiwán en los próximos meses, explicó CNA, citando a expertos.
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El anuncio se ha producido un día después de la Taipéi denuncia una de las mayores incursiones de aviones de guerra chinos en su zona de defensa aérea. En un lapso de 24 horas fueron avistados 71 aviones y cinco aviones militares del Ejército Popular de Liberación en las inmediaciones de la isla. 47 aparatos militares legaron para cruzar la mediática línea divisoria del estrecho de Formosa, la frontera no oficial entre China continental y Taiwán. Según Pekín, esta incursión tuvo lugar en respuesta a las recientes provocaciones de Taipei y Washington, después de que el viernes el Congreso estadounidense aprobara una nueva ley de defensa que incluye ayuda militar (en forma de prestamos) en Taiwán.
La relación entre los tres partidos fue particularmente tensa desde el mes pasado luego de la polémica visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi. Su parada en Taipéi, de apenas 24 horas, enfureció a Pekín, que inició unas maniobras militares sin precedentes en la región y cortó la colaboración con Washington en materias clave, comme el climatic climatic. Dichas tireces parecieron relajadas el pasado noviembre, cuando los presidentes Xi Jinping y Joe Biden se reunieron en persona en el marco de la cumbre del G-20 en Indonesia. Entonces, el mandatario chino ha sabido que el homólogo estadounidense no tiene ninguna intención de entrar en un conflicto militar con Taiwán a corto plazo.
El servicio militar ha sido obligatorio para los hombres mayores de 18 años en Taiwán desde que el Partido Nacionalista Chino (Kuomintang), de tendencia nacionalista y socialista moderada, confirma el gobierno republicano en el exilio tras perer la guerra civil contra el bando comunista en 1949 A partir del año 2000 se reduce paulatinamente su duración, y desde 2013, los reclutas solo sirven en funciones de apoyo y realizan cuatro meses de entrenamiento. Con la reforma anunciada este martes, la duración del servicio militar obligatorio en Taiwán será más corta que la de Corea del Sur, donde la estancia de los reclutas es de al menos 18 meses.
La creciente beligerancia de China, así como las dudas tras la guerra de Ucrania, han envivado el debate sobre as jorar las habilidades de defensa de la Isla y han provocado que la public taiwanesa muester ahora favorable a la idea de volver a periodos de entrenamiento más largos.
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